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Descrita a menudo como la esquina olvidada de Inglaterra, la costa de Durham es una especie de cenicienta del noreste: una belleza que muchos pasan por alto. Sin embargo, se trata de un lugar tan perfecto como cualquier otro punto del litoral inglés para regalarse unas vacaciones, o incluso mejor, por la sensación de exclusividad y por sus escasos visitantes.
Desde las ardillas rojas de la bucólica Brownsea Island hasta los inolvidables paseos por la costa y el mayor puerto natural de Europa, la costa sur de Dorset es el paraíso del slow life.
Ha sido una larga espera, pero finalmente llegó el verano, se acabó el cierre y la maravillosa costa de Inglaterra se está abriendo para dar la bienvenida a los visitantes. Pero antes de dirigirse a su paseo marítimo favorito, vale la pena ser consciente de cómo han cambiado las cosas.
El extremo occidental de Cumbria es seguramente la costa más olvidada de Inglaterra, un lugar que pasan por alto casi todos los que se dirigen al famoso Lake District. Y, sin embargo, aquí es donde Cumbria asoma la cabeza al mar de Irlanda y donde los brezales dejan paso a la arena.
Con un recorrido de 4.318 km, la England Coast Path es fruto de más de 10 años de esfuerzos. Cada cierto tiempo entran en servicio nuevos tramos y cuando todo el itinerario esté listo los visitantes podrán elegir entre una increíble oferta de rutas, desde Northumberland hasta Kent, siguiendo la costa sur hasta Cornualles y la costa norte hasta Lancashire y Cumbria.
Nunca como este año había sido tan importante desconectar y cuidarse, y las costas de Somerset y North Devon son el escenario ideal para una escapada. Con sensacionales restaurantes y hoteles de primer nivel, estarás siempre en buenas manos. Y lo más importante: serán otros los que se ocupen de la cocina.
La Isle of Wight condensa en poco espacio lo mejor del sur de Inglaterra, con un litoral en el que los acantilados de vértigo se alternan con tranquilos estuarios, playas infinitas y densos bosques poblados por el animal entrañable por excelencia de los bosques, la ardilla roja. En Navidad, cuando el frío gélido extiende su manto sobre las onduladas colinas de la costa, es el momento ideal para descubrir estos parajes y saborear su excelente gastronomía.