Al recorrer la costa inglesa, con frecuencia verás que cerca del litoral hay pequeñas islas o ferris que surcan las aguas yendo de un punto A a un punto B. Si embarcas en uno de los ferris costeros no solo podrás explorar territorios desconocidos, sino que además gozarás de una perspectiva única de las ciudades y cabos que has estado visitando hasta entonces.
La meseta volcánica que conforma la mayor parte de Northumberland se precipita en el mar y resurge cuatro kilómetros aguas adentro: son las Islas Farne.
Durante buena parte del año puedes circunnavegar estas islas, además de visitar la isla Inner Farne (marzo-noviembre) y la Isla Staple (mayo-julio).
Las excursiones en barco parten de la ciudad de Seahouses y están organizadas por Farne Island Tours y www.farne-islands.com. Dos de los catamaranes que recorren esta ruta cuentan con acceso habilitado para personas en silla de ruedas.
Las Islas Farne son célebres por la presencia de frailecillos (de abril a principios de julio) y focas grises (durante todo el año), pero probablemente lo que quede grabado en la memoria del visitante sean los miles de charranes que revolotean como confeti por el cielo azul. Sin embargo, recuerda que si visitas las islas entre mayo y julio tienes que llevar un sombrero, porque los charranes árticos se lanzan en picado sobre los intrusos.
Las Islas Farne tienen un perfil de rocas abruptas en forma de cardiograma sobre el que destaca el faro de Longstone, construido en la Longstone Rock. Este faro ha pasado a la Historia por el valeroso rescate de los supervivientes del naufragio de un barco de vapor por parte de Grace Darling y su padre William, el farero, en 1838.
Otra excursión maravillosa, esta vez en aguas más resguardadas, es la que se hace a la mar en la costa Dorset para llegar a la Isla de Brownsea, situada en Poole Harbour.
Al realizar esta travesía tendrás la impresión de que te vas de vacaciones, y si te das la vuelta para contemplar Bournemouth o Poole tendrás la impresión de que se encuentran a kilómetros de distancia. El paisaje de fondo es de película, con las ondulantes Purbeck Hills y las Old Harry Rocks, cuyos farallones y pilares se alzan como centinelas.
Su ligera separación de tierra firme convierte a Brownsea en un hábitat ideal para la fauna salvaje, en particular las ardillas rojas que observarás nada más llegar a puerto. Los ferris zarpan de Poole y Sandbanks, cerca de Bournemouth. Ten presente que algunos servicios solo aceptan dinero en metálico.
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No es necesario que los trayectos en ferri vayan de un punto A a un punto B: también te pueden dar una nueva perspectiva de la costa que ya has disfrutado sobre tierra firme.
Tras explorar la fauna salvaje y los acantilados de Bempton, en el este de Yorkshire, puedes embarcarte en el Yorkshire Belle, que cada día de Semana Santa al mes de octubre zarpa de la cercana Bridlington y navega en paralelo a la costa.
La más deliciosa de estas excursiones es la que ofrece el ferri de Kingsbridge en South Devon, durante la cual podrás explorar las ensenadas, las grietas y los recovecos del Estuario de Kingsbridge y pasarás frente a la población de Salcombe.
A lo largo del trayecto avistarás garzas y garcetas encaramadas como estatuas sobre un fondo de bosques verdeantes. Los campos de la costa son tan empinados que uno duda de que los campesinos puedan subir por ellos con el tractor.
Por mucho que busques, en este estuario no encontrarás ningún río porque no los hay, ya que en realidad el "estuario" de Kingsbridge no es un estuario, sino una ría.
Mientras avanza la excursión, el Rivermaid, el barco en el que viajas, pasa por debajo del amenazador cabo de Bolt Head rumbo a mar abierto. Si el tiempo está encalmado, es posible que el capitán avance un par de kilómetros en paralelo a la costa antes de dar media vuelta y emprender el regreso.
Si te apetece una excursión más corta por South Hams, puedes coger la barca de East Portlemouth que durante todo el año recorre el kilómetro que separa el muelle de Salcombe de la península de East Portlemouth, situada a 25 kilómetros o 40 minutos en coche. Mientras te apretujas con el resto de pasajeros, esta embarcación de motor descubierta de casco a tingladillo realiza la travesía sorteando veleros y windsurfistas.
Ya en la orilla, desde el muelle puedes tomar el camino que recorre la costa en sentido contrario a las agujas del reloj y, al completarlo, disfrutar de un pastel y una bebida caliente con vistas al "estuario".
Por Mark Rowe
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Hay pocas cosas tan estimulantes en la costa inglesa como combinar paseos con pubs, es decir, tomar el aire antes o después de relajarse en un pub acogedor. Inglaterra ofrece una enorme cantidad tanto de paseos por la costa como de pubs confortables junto al mar. La mezcla de estos dos ingredientes garantiza una experiencia revitalizadora.
Si quieres que la brisa marina te acaricie el rostro, la bicicleta es el mejor vehículo para descubrir la belleza del litoral inglés.
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